miércoles, 5 de enero de 2011

Culo Emergency Día 3: Dolores corporales


No puedo lograr levantarme cuando suena el despertador. En realidad, me despierto, voy hasta el living, agarro mi celular-alarma y lo llevo a dormir conmigo. Así se calma y como por arte de magia deja de sonar.
Una hora y media después, me levanto apurada, pateo todo lo que puede ser pateado y choco con todo lo que puede ser chocado. Pongo a calentar el agua para el mate y lavo algunas mugres que quedaron de quién sabe cuándo.
No llevo mucha ropa pero no hay nadie que pueda notarlo. Estoy sola y todas las persianas están bajas porque la obra de enfrente me aturde y me llena de polvo. Después de escuchar un poco de radio y de pegarme una placentera ducha que ayuda a despertarme un poco me voy al trabajo pensando en lo bien que estoy fisicamente. Pero eso es lo que creo, tal vez porque aún sigo dormida y creo que el resto del día seguirá así.
Pero no, error, van pasando las horas y el dolor se apodera de mi cuerpo. A medida que voy caminando puedo sentir cada uno de mis músculos. Cada movimiento de mis cuadriceps, isquiotibiales, abductores y algunos otros de los cuales ignoro el nombre me causan un sufrimiento horrible pero que a la vez me alegran ya que esa quiere decir que voy por el camino adecuado.
Vuelta a casa. Mi desafío sigue. Nada de tentarse con sandwichitos de panes sabrosos llenos de mayonesa de oliva, tomatito, jamón y queso. No, no, no. Fruta, como habíamos quedado cuando arrancamos el "Culo Emergency".
Para no caer en la trampa de "ups, no tengo fruta, me como un sandwichito sabroso", antes de subir a mi departamento paso por "el chino del barrio" y me compro una gaseosa light llena de burbujas para engañar el estómago. En el mercadito, atiende una familia de chinos. Aunque tienen una empleada boliviana en una de las cajas, en la otra, la más importante, está Ani. Ani, la que una vez me dijo su verdadero nombre pero que no pude retener ni por un segundo. Pero se ve que a todos nos pasa lo mismo porque los chinos se ponen nombres tipo "Lucas", "Martín" y otros ¡pero no te hablan una frase en español!
Pero les quiero contar acerca de Ani. Ella es joven, no muy linda, está descuidada fisicamente y posee un carácter muy especial. Yo puedo identificar cuando está de mal humor, cuando está tiene ganas de jugar o cuando está enferma. Pero hoy estaba distinta y fue por eso que le pregunté qué le pasaba. Cuando ella no sabe cómo decir una palabra hace la mímica. Y esta vez se apretó el pecho y cerró los ojos. Yo, una romántica empedernida, creí que se había enamorado. Pero no, no era amor lo que le apretaba el pecho. Ani se dio cuenta de que yo no estaba entendiendo así que sacó su diccionario de abajo de la caja registradora y buscó la palabra que expresaba su lo que sentía. Los clientes ya estaban impacientes porque la cajera tardaba en cobrarme una gaseosa, pero a mi no me importó y a ella tampoco.
Buscó y buscó en el diccionario y me señaló unos símbolos con el dedo (伤心) y la traducción decía: angustia, congoja, dolor en el corazón, padecimiento, pena, sufrimiento profundo.
Lo que tiene Ani es tristeza. ¿Por qué? Porque trabaja todos los días de la semana, nunca tiene tiempo para descansar, no tiene vida ni antes ni después del trabajo. Trató de explicarme algo del padre, del salario, de que no le alcanza...eso no lo pude descifrar, pero lo que me quedó claro es que ella está terriblemente angustiada. Como siempre, cuando no sé qué aconsejarle a alguien que la está pasando mal, digo: bueno, ya va a pasar...
Eso fue lo que me salió y con un apretón suave en la mano me despedí mientras los que hacían la fila me maldecían en voz baja.
Después compré fruta en la verduleria, para poder cenar y seguir con el plan de Emergencia, llamé a Gaby y fuimos a caminar porque no podía correr ni media vuelta a la manzana.
Llegué a casa. Comí un pelón, uvas, ciruelas y una banana y me fui a dormir pensando en Ani y su dolor en el corazón. Yo ya no sentía dolor, o me pareció insignificante.

1 comentario:

Mariano Rodriguez Castellanos dijo...

Que sera de Ani y de su 遇險 hoy en día ?, quien sabe... c'est la vie